La tele, las conversaciones, la radio, los púlpitos, los periódicos, los parlamentos, la opinión pública... no dejan de ser coloridos catálogos de asesinos a sueldo.
.¿Cuál escogeremos, qué nos ofrece el escaparate del dolor?
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¿El cobarde militar de mirar frío y rudo ejecutar?
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¿El seductor político y su democrática destrucción?
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¿El inteligente tecnócrata amigo del sufrimiento ajeno?
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¿El asalariado carcelero de vidas amigas?
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¿El cercano periodísta de mentiras calculadas?
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¿El sereno juez y su crueldad inmaculada?
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¿El dulce compasivo con su matar a fuego lento?
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¿El adiestrado policía y su baba venenosa?
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¿El brillante científico con su criminal inocencia?
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¿El laborioso empresario y su aportación mortal?
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¿El elegante intelectual de podrido corazón?
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¿el vecino de enfrente y su miseria cotidiana?
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¿tu misma, con grilletes de costumbre, moda y miedo?
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¿o yo?
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